Ahora, abordando ya la cuestión principal, ¿Por qué debemos sufrir por el
pecado de Adán? ¿Cómo podría ser justo que suframos por el pecado que cometió
una pareja distante hace mucho tiempo?
Y para encontrar la respuesta
a este asunto, debemos ir a libro de los comienzos (el génesis), vemos pues que
en este Dios dio una sola prohibición a Adán y Eva: no coman del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.
Observamos, además, que la Serpiente dice a la pareja: “Ciertamente no moriréis. Pues Dios
sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como
Dios, conociendo el bien y el mal” contradiciendo directamente a lo que Dios
dijo: "No comas esto o morirás".
En otras palabras, la serpiente le dice a Eva que Dios no está actuando en su mejor interés. Satanás les dice que Dios está reteniendo algo que de otra manera los beneficiaría.
Es aquí donde podemos notar los orígenes
del Mal Natural:
1.- En la mujer:
En Génesis 3:16, Dios le dijo a la mujer: “En gran manera
multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz los hijos; y con todo,
tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti”.
Nota: “multiplicar” el
dolor significa que naturalmente hubo dolor como parte de la creación original
de Dios de Adán y Eva. Por lo tanto, el dolor no es un mal en sí mismo.
Podemos notar que se le aplicaron dos castigos a
la mujer:
- La maternidad ahora será muy
dolorosa (que probablemente también incluya todo lo relacionado con la
maternidad, como los problemas reproductivos femeninos).
- El deseo de la mujer será para su esposo, pero ahora él gobernará sobre ella.
Nota: Un marido que gobierna a su esposa no era
parte del plan original, y desde entonces el mundo ha sido testigo de que
muchos hombres tratan a las mujeres con dureza e injusticia.
2.- En el hombre y la tierra:
En Génesis 3:17-19 el Señor le dijo a Adán: “Maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”. Entonces, en respuesta al pecado de Adán, el Señor maldijo el suelo.
Como señala Robert
R. Gonzales, Jr
“Así como ‘la maternidad’ es una sinécdoque para el papel más importante de la mujer como madre y esposa, así también ‘la tierra’ no se limita la maldición de Dios simplemente a la esfera de la agricultura… Dios está retirando su bendición incondicional e imponiendo una maldición sobre el llenado y la sumisión de la tierra…”
En suma, la
creación está bajo una maldición, como se explica en Romanos 8:19-23:
Porque
el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los
hijos de Dios. Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia
voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la
creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la
libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera
a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora. Y no solo ella, sino que
también nosotros mismos…
De aquí, podemos extraer varios puntos, que clarifican nuestra duda
1. La sujeción de la creación a la vanidad y la corrupción
se produjo claramente debido a la caída.
2. “Creación” se
refiere a absolutamente todo menos a los seres dotados de sentidos.
3. Dios sometió
la creación a la corrupción.
Pero ahora surge
otra duda, ¿Por Qué
Adán Pecó? ¿Cómo podría ser posible que Adán y Eva pecaran si
fueron creados sin pecado?
C.S. Lewis da una explicación para esto
“En el momento en que tienes un yo en absoluto, existe la posibilidad de ponerte primero (querer ser el centro), querer ser Dios, de hecho. Ese fue el pecado de Satanás y ese fue el pecado que él enseñó a la raza humana”
William Albert "Bill" Dembski también comenta
“Precisamente porque una voluntad creada pertenece a una criatura, esa criatura, si es suficientemente reflexiva, puede reflexionar sobre su criaturidad y darse cuenta de que no es Dios. La criaturidad implica limitaciones a las que el Creador no está sujeto… Entonces surge la pregunta, ¿Dios el Creador le ha negado a la criatura alguna libertad que pueda beneficiarla? Adán y Eva pensaron que la respuesta a esto fue sí (al parecer, Dios les había negado la libertad de conocer el bien y el mal). Tan pronto como la criatura responde sí a esta pregunta, su voluntad se vuelve contra Dios. Una vez que eso sucede, la voluntad se vuelve malvada. Mientras que antes el mal era simplemente una posibilidad, ahora se ha convertido en una realidad. En resumen, el problema del mal comienza con pensar que Dios es malo por "echar a perder su estilo". El impulso de nuestra cultura secular moderna para deshacerse de la restricción siempre que sea posible encuentra sus raíces aquí.”
Para concluir con esta duda, el Dr. Clay Jones, escribe una advertencia sobre esto.
“Estoy de acuerdo con Dembski, con una pequeña advertencia: no estoy de acuerdo con que la voluntad se vuelva contra Dios una vez que responda “sí a esta pregunta”. Más bien, la voluntad se vuelve contra Dios cuando responde que sí, y luego toma medidas para tratar de remediar la situación. En otras palabras, sucede cuando un ser decide que Dios está reteniendo algo que lo beneficiaría y luego decide obtener lo que quiere en contra de la voluntad de Dios. De lo contrario, según la definición de Dembski, Adán y Eva habrían pecado antes de comer del fruto. Comer de la fruta sería un pecado posterior, y eso no es lo que la Biblia enseña.”
Prosiguiendo, ¿Cómo podría ser eso justo?, para ello se exponen 3 formas
en cómo nos relacionamos con Adán y Eva, y el pecado original
- Jefatura Federal o Representativa
A menudo a lo largo
de la historia se elige una cabeza para representar un país, una vez que esta
cabeza ha sido elegida puede declarar la guerra sin hacer los ciudadanos
individuales del país voten por hacerla, del mismo modo Adán era el jefe
federal de la raza humana, y eligió rebelarse contra Dios, convirtiendo así, a
su raza, en rebeldes. El no votar individualmente para que Adán sea nuestro líder
no importa porque Dios sabe quién puede representarnos mejor.
Además, si Dios
sabía que todos nosotros hubiéramos actuado de manera similar, no
se equivoca al elegir a una persona que nos represente.
William
G.T. Shedd expreso sobre este tema,
“El pecado de Adán… se imputa a la posteridad de la misma manera que la justicia de Cristo se imputa al creyente, es decir, inmerecida y gratuitamente”.
Los cristianos que todavía podrían pensar que sufrir por el pecado de Adán es injusto, deben recordar que no es justo que Cristo muera por ellos.
2. Unión Realista o Seminal
Como dijo el Dr. Clay Jones “Estuvimos presentes en Adán cuando Adán pecó. Toda la humanidad estaba en ‘los lomos de Adán’ cuando se rebeló, y dado que en realidad estábamos presentes en su pecado, también somos culpables de su pecado”
Para apoyar esta
postura, podemos citar a Hebreos 7:9-10: “y, por decirlo así, por medio de
Abraham aun Leví, que recibía diezmos, pagaba diezmos, porque aún estaba en los
lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro” y 1 Corintios 15:22
nos dice que “en Adán todos mueren” y todos somos descendientes, la raza de
Adán.
William
G.T. Shedd escribió sobre esto
“Morir en Adán, tanto espiritual como físicamente, supone la existencia en Adán, tanto en cuanto al alma como al cuerpo”.
Citando a Millard J. Erickson
“Entonces estábamos presentes en forma germinal o seminal en nuestros antepasados; en un sentido muy real, estuvimos allí en Adán. Su acción no fue simplemente la de un individuo aislado, sino de toda la raza humana. Aunque no estuvimos allí individualmente, sin embargo, estuvimos allí. La raza humana pecó como un todo. Por lo tanto, no hay nada injusto o incorrecto en que recibamos una naturaleza corrupta y culpa de Adán, ya que estamos recibiendo los resultados justos de nuestro pecado. Esta es la perspectiva de Agustín”
Para complementar
esto, el Dr. Clay Jones escribe
“Shedd dijo que no se puede mantener la jefatura federal o representativa y la identidad seminal porque si estuviéramos realmente presentes, entonces no necesitaríamos un representante. Pero creo que ambas pueden ser ciertas porque, aunque realmente estábamos presentes cuando Adán pecó, no teníamos consciencias individualizadas en el momento del pecado de Adán; por lo tanto, Adán también puede servir como nuestro representante.”
3. Traducianismo
Ellos son
nuestros primeros padres, nuestros padres originales, y nosotros somos ellos. Adán y Eva se reproducen sexualmente.
Somos la reproducción sexual de Adán y Eva. Como dijo Jesús en Juan 3:6: “Lo que es nacido
de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. En otras
palabras, una vez que Adán y Eva pecaron, y luego tuvieron una naturaleza
caída, solo pudieron reproducir su propia condición caída. No podían reproducir
algo mejor que ellos mismos. El término traducianismo proviene de la palabra
latina tradux, que se traduce vid. De la misma manera que una vid
transfiere su naturaleza inherente, desde su raíz hasta cada tallo y hoja subsiguientes,
así también transmitimos nuestras almas a nuestros descendientes cuando nos
reproducimos.
Sobre esto Agustín de Hipona escribe
“Porque todos estábamos en ese hombre… La naturaleza seminal estaba allí desde la cual nos propagaríamos; y esto está viciado por el pecado, y atado por la cadena de la muerte, y justamente condenado, el hombre no puede nacer en ningún otro estado. Y así, del mal uso del libre albedrío, se originó todo el tren del mal, que, con su concatenación de miserias, transporta a la raza humana desde su origen depravado, como desde una raíz corrupta, hasta la destrucción de la segunda muerte, que no tiene fin, excepto para aquellos que son liberados por la gracia de Dios.”
También, Millard J. Erickson nos expresa
“La totalidad de nuestra naturaleza humana, tanto física como espiritual, material e inmaterial, ha sido recibida de nuestros padres y antepasados más distantes por descendencia del primer par de humanos”
¿Qué significa todo esto?
Como dice el Salmo 51:5: “Yo sé que soy malo de nacimiento;
pecador me concibió mi madre”. Es decir,
todos nacimos con naturalezas inclinadas al pecado.
Para tener en cuenta, también se distingue la siguiente cuestión: ¿Cómo Jesús, si el traducianismo es cierto,
podría haber nacido sin una naturaleza pecaminosa, ya que habría heredado una
naturaleza pecaminosa de María?
Podemos notar
primero, que Eva fue “sacada del hombre” (Génesis 2:22-23), Génesis nos dice de
Adán que “engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen” (5:3). Jesús dijo en Juan 3:6: “Lo que es nacido de
la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. Y en Juan
8:23: “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo,
yo no soy de este mundo”. Entonces
notamos que con en la concepción de Jesús, el esperma del hombre estaba
ausente.
Génesis nos dice
que el aplastador de la serpiente vendrá de la simiente/descendencia de la
mujer (Génesis 3:15). El Señor podría haber dicho fácilmente que el aplastador
de la serpiente vendría a través de la simiente/descendencia tanto del hombre
como de la mujer, pero no lo hizo. Es completamente posible que la naturaleza
pecaminosa pase a través del esperma del hombre y no del óvulo de la mujer. Lo
importante es el hecho de que la simiente de Adán se corrompió.
Pero hay una buena noticia, en Cristo, no solo eres perdonado de tus pecados,
tienes una unión orgánica con Jesús. Y la simiente de Cristo siempre merece el
cielo. Así como nos relacionamos con Adán, también nos podemos relacionarnos
con Jesús.
El Nuevo
Testamento llama a Jesús “el último Adán”
En Romanos
5:14-15 dice que Adán era “[la] figura del que había de venir. Pero no sucede
con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la transgresión de uno
murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y el don por la gracia de un
hombre, Jesucristo, abundaron para los muchos”. De manera similar en 1
Corintios 15:22, 45 aprendemos que “Porque, así como en Adán todos mueren,
también en Cristo todos serán vivificados”. “El primer hombre, Adán, fue hecho
alma viviente. El último Adán, espíritu que da vida”.
Consideremos las
similitudes entre la tentación de Eva y la tentación de Jesús, en Génesis 3: 6
dice: “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer” (“los deseos de
la carne” 1 Juan 2:16); Mateo 4:3 dice que después de que Jesús ayunó 40 días,
Satanás le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en
pan”. Luego, Génesis 3:6 dice que el fruto “era agradable a los ojos” (“los
deseos de los ojos” 1 Juan 2:16); Mateo 4:8-9 dice que “Otra vez el diablo le
llevó [a Jesús] a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y
la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrándote me adoras”. Jesús enfrentó todas estas tentaciones sin
pecado. Él es el “último Adán”, el único que necesitaremos. ¡La tragedia puede convertirse en una
bendición!
O FELIX
CULPA
Hay en el
cristianismo lo que se llama una tradición de O felix culpa. O felix
culpa es latín para “Oh afortunada caída”.
La caída preparó
el camino para el vencedor celestial, el héroe cósmico Jesús, para conquistar a
Satanás, el mal y la muerte. Jesús es el aplastador de la serpiente.
Pablo concluyó a
los romanos con una advertencia de que: “vigiléis a los que causan disensiones
y tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis, y que os apartéis
de ellos”. Dijo que: “por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los
corazones de los ingenuos”. (Romanos 16:17-18).
Luego, en el
versículo 19, Pablo dijo, en una clara alusión al Árbol del Conocimiento del
Bien y del Mal: “Quiero que seáis sabios para lo bueno e inocentes para lo
malo”. Finalmente, Pablo dijo en el versículo 20 que: “Y el Dios de paz
aplastará pronto a Satanás debajo de vuestros pies”.
En otras palabras,
no solo es Jesús el aplastador de la serpiente; ¡Nos unimos a Jesús para
aplastar a Satanás bajo nuestros pies!
MORALEJA
¡Odia el pecado!
Y debería llevarte a confiar en el último Adán, Jesús, quien solo puede
salvarte de tu pecado.
Basado en el libro «¿Por qué Dios permite el mal?» de Clay Jones.
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